El estrés, preocupación y depresión están íntimamente relacionados, porque el uno puede desencadenar al otro y generalmente los pensamientos negativos nos conducen a estas situaciones.
La ansiedad no es tan simple como parece porque a menudo se malinterpreta simplemente con estar demasiado estresado.
Dicho esto, surge la pregunta:
¿Qué es la ansiedad?
Es un trastorno de salud mental caracterizado por sentimientos de preocupación, o miedo que son lo suficientemente fuertes como para interferir con nuestras actividades diarias. A menudo incluye ataques de pánico, trastorno de estrés postraumático y trastorno obsesivo compulsivo.
¿Cómo puedo afrontar la ansiedad con la ayuda de Dios?
Reconocer que sin Dios no puedo hacerle frente
¿Como hacerlo?
Llevar cautivo todo pensamiento a Cristo. (2 corintios 10:5)
Presentar todas nuestras preocupaciones en el altar de Dios (Filipenses 4:6-7)
Pensar en todo aquello que dignifica y glorifica a Cristo (Filipenses 4:8)
Debemos renunciar y desechar todo lo negativo que escuchamos y nos decimos a nosotros mismos. Eso incluye mantener una sana distancia de todo aquello que nos conduce a la destrucción.
Buscar la ayuda profesional y espiritual
Si la ansiedad es una enfermedad y un trastorno mental, entonces debemos buscar ayuda: espiritual, psicológica y médica si es necesaria, Pero debemos recordar que nuestra dependencia debe estar en Dios completamente. (2 Reyes 20:7; Proverbios 11:14;)
Reconocer el poder transformador de la palabra de Dios y poder del Espíritu Santo
Dios es poderoso para sanar cualquier situación en nosotros, pero debemos permitírselo para que Él pueda obrar de manera efectiva.
La estrategia de satanás es mantenernos bajo engaño en cuanto a la verdad de la palabra de Dios y el poder transformador de su Espíritu. (2 corintios 10:4; Salmo 119:45; Salmo 119:50)
Cuarto priorizar mi tiempo con Dios
Dios no nos diseñó para estar ajetreados 24-7, sino para estar quietos. Esto significa descansar en su presencia. Diariamente debemos aprender a tener tiempos de quietud con Él (Salmo 46:10: Efesios 6:18; I Tesalonicenses 5:17).
Debemos apartar como mínimo 15 minutos diarios para hablar con Dios, libres de toda distracción. Eso nos ayudará a ver la vida desde su perspectiva.
Dios es capaz de sanarnos completamente, utilizará médicos, profesionales en el área, consejeros bíblicos, oración intercesora, el poder de su palabra y la ayuda de su Espíritu Santo etc. Él puede utilizar muchos métodos para sanarnos, pero debemos depender totalmente de él para que obre su sanidad completa en nosotros.
