“Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, muertos al pecado, vivamos para la justicia; por sus heridas habéis sido sanados” (1 Pedro 2:24). Este versículo nos recuerda el inmenso sacrificio de Jesús por nuestra redención. Su sufrimiento y muerte no fueron en vano, sino el camino hacia nuestra liberación del pecado. Vivir para la justicia es nuestra respuesta a ese amor infinito. Cada herida que Jesús soportó fue un acto de sanación para nosotros. Reflexionemos sobre este sacrificio y permitamos que transforme nuestras vidas hacia la justicia y el amor. #Fe #Esperanza #Sacrificio #Sanación #Redención #AmorDeDios #VidaNueva #Justicia