En Juan 10:30, Jesús describe su relación íntima con Dios el Padre cuando dice: “Yo y el Padre somos uno”. Además, descubrimos en Juan 17:20–21 que Jesús ora para que cada uno de sus seguidores experimente ese mismo nivel de intimidad.
Jesús ora,
Padre, así como tú estás en mí, y yo estoy en ti. Que ellos también estén en nosotros.
Es sorprendente saber que Jesús estaba orando para que nuestra relación con Dios fuera tan profunda como la relación con su Padre. A través del profeta Jeremías, Dios habló sobre esta intimidad cuando dijo:
Esto es lo que el Señor dice: “No se jacte el sabio de su sabiduría, ni el fuerte se jacte de su fuerza, ni el rico se jacte de sus riquezas, sino el que se jacta que sea de esto: que tengan el entendimiento de conocerme.”
– Jeremías 9:23-24
Amigo, Dios quiere una relación íntima contigo así como Dios el Padre y Dios el Hijo tienen una relación íntima. Las relaciones toman tiempo e intencionalidad. ¿Qué estás haciendo para cultivar una relación íntima con Dios?
Atrévete a pedirle a Dios una relación más íntima y cercana,
Pr. Jorge Escobar
