Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada!
Si no tengo amor, de nada me sirve hablar de parte de Dios y conocer sus planes secretos. De nada me sirve que mi confianza en Dios me haga mover montañas.
Si no tengo amor, de nada me sirve darles a los pobres todo lo que tengo. De nada me sirve dedicarme en cuerpo y alma a ayudar a los demás.
La Biblia dice que DIOS ES AMOR, no sólo tiene amor, sino que es la esencia misma del amor, por lo tanto, si no amamos no conocemos a DIOS.
Muchos cristianos estamos muy llenos de teología y conocimiento bíblico, y eso está bien, pero si no aplicamos todo ese conocimiento en una relación real y constante con Dios (amándole con todo nuestro corazón con toda nuestra mente, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas) y si no amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos; vana es nuestra teología.
¿Y cómo es que podemos evidenciar el fruto del amor de DIOS en nuestra vida?
Bien la misma Escritura nos lo dice:
• El que ama tiene paciencia en todo, y siempre es amable.
• El que ama no es envidioso, ni se cree más que nadie.
• No es orgulloso.
• No es grosero ni egoísta.
• No se enoja por cualquier cosa.
• No se pasa la vida recordando lo malo que otros le han hecho.
• No aplaude a los malvados, sino a los que hablan con la verdad.
• El que ama es capaz de aguantarlo todo, de creerlo todo, de esperarlo todo, de soportarlo todo.
Es esta clase de teología es la que agrada al Señor, ese estilo de vida sencillo y práctico, que evidencia que su Santo Espíritu habita en nosotros y que Cristo ejerce señorío sobre nuestra vida.
Podríamos ser muy elocuentes en nuestra predicación, conocer grandes secretos contenidos en la Biblia, podríamos tener una gran fe, ser caritativos y bondadosos.
Pero DIOS, no solo pesa nuestras acciones, sino también nuestras motivaciones, Él escudriña lo más íntimo de nuestro corazón y sabe si realmente es SU AMOR el que nos mueve.
Mis amigos… Sólo el amor vive para siempre. Llegará el día en que ya nadie hable de parte de Dios, ni se hable en idiomas extraños, ni sea necesario conocer los planes secretos de Dios. Las profecías, y todo lo que ahora conocemos, es imperfecto.
Cuando llegue lo que es perfecto, todo lo demás se acabará.
Pero hay tres cosas que son permanentes:
la confianza en Dios,
la seguridad de que él cumplirá sus promesas,
y el amor.
De estas tres cosas, la más importante es el amor.
SHALOM
