“Di a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda” Éxodo 25:2.
Es impresionante y hermoso saber sobre la edificación del tabernáculo en medio del desierto y del cual podemos aprender mucho,
Vemos por ejemplo que desde esta época tan antigua Dios edifica su templo a través de ofrendas de su pueblo.
Ésta ofrenda debe ser con un corazón voluntario, y no con tristeza ni por obligación. Nunca es en vano lo que hacemos para Dios, y cuyo objetivo busque glorificar Su nombre… Queremos que Dios nos bendiga, pero en ocasiones no estamos dispuesto a darle a Dios algo de nosotros.
los materiales usados en la construcción eran de gran valor (Éxodo 25:3-7). Cada uno de estos materiales tiene un valor especial y alto. Cuando Israel sale de Egipto ha sido esclavo allí por cuatrocientos años, y Dios ordena que los egipcios los despidan con oro, plata, telas y piedras preciosas, entre otros, vemos entonces que el Señor recompensa el trabajo de siglos allí, pues Dios es justo y bueno.
Es muy interesante ver que el Señor solicita la ofrenda de Israel justamente cuando está atravesando el desierto.
consideremos que Israel no sembró estas ofrendas en Egipto, allí eran esclavos y no tenían nada, pero ahora el Señor los había bendecido y ofrendaron en el desierto, y sin duda Dios también los llevó a hacerlo para cosechar en Canaán la abundancia prometida por él en la “tierra que fluye leche y miel”.
Dios es bueno y desea también prosperar nuestras finanzas, con amor debemos respaldar la extensión de Su reino. Recordemos las palabras de Jesús: “Más bienaventurado es dar que recibir”.
a) Lo fue para la construcción del tabernáculo en el desierto, los israelitas trajeron sus ofrendas (oro, plata, bronce, telas finas, aceites, muchas piedras preciosas, otros materiales regalados por los mismos egipcios cuando Israel salió de allí y ganados para los sacrificios).
b) También lo vemos en tiempos del Rey Salomón, pues el templo fue edificado con las ofrendas de su padre el Rey David, sus principales y de todo el pueblo del Señor (1 Crónicas 29).
Entonces concluimos que este acto de ofrendar es una decisión que nace en lo íntimo y profundo del ser humano, Cuando estas agradecido lo haces con alegría.