Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que, tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; más las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. ¨ Mateo 25: 1-4
Esta parábola nos habla de diez vírgenes y estas vírgenes representan la iglesia de Cristo que somos nosotros los que hemos creído en Él, los que un día reconocimos el sacrificio que Él hizo en la cruz y sabemos que Él es nuestro único y suficiente salvador que murió, pero también resucito y hoy vive.
Nuestra vida en Cristo se asemeja a una lámpara, en Mateo 5:14 dice que nosotros somos la luz del mundo y como una lámpara que alumbra en medio de la oscuridad tenemos que brillar ante el mundo y estas lámparas para que funcionaran necesitaban aceite.
En este caso el aceite es símbolo del Espíritu Santo y para que nuestra vida sea una lámpara con luz, necesitamos de la presencia del Espíritu Santo en nosotros para que la luz de Cristo deslumbre en nuestra vida, porque no es nuestra propia luz, es la luz de Cristo en nosotros y necesitamos la unción y la llenura del Espíritu santo cada día, y todos los días para que podamos alumbrar.
Es por eso que a través de este mensaje Dios quiere animarte a que te levantes a que tomes acción y que arregles tu lámpara, que arregles tu vida con Él y que todos podamos examinarnos para poder ver las áreas de nuestras vidas que necesitan más de ese aceite, así como lo hicieron estas vírgenes. Como lo Vemos el vers. 7 dice: “Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.”
Y eso mismo tenemos que hacer para que resplandezca la luz de Cristo en nuestras vidas y aun en medio de las tinieblas de este mundo, sea visto el resplandor de la gloria de Dios en nosotros y para eso necesitamos que nuestras lámparas que es nuestra vida en Cristo, nuestra vida espiritual este arreglada, este preparada.
Si tú le has permitido a la luz admirable que es Cristo que alumbre tu vida, si tú de verdad y con toda sinceridad le has dado tu corazón a Dios, tú eres la luz del mundo.