Mucho se nos ha dicho sobre la necesidad de orar por la paz de Jerusalén. Hemos escuchado o leído más de una vez que David en el Salmo 122:6 dice: “Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman”. Es un versículo que generalmente sale a la luz cuando en el Medio Oriente hay problemas entre Hamas e Israel.
Profundicemos sobre cómo orar por la paz de Jerusalén
Sin embargo el salmista no nos dice que pidamos por la paz de Jerusalén en momentos de tribulación, hay mucho más que recordarlos en tiempos de guerra. Orar por la paz de Jerusalén es pedir por la paz que sólo viene a través del Príncipe de la paz Implica una paz que es física y es espiritual. Orar por la paz nos pone en la perspectiva que los seres humanos somos incapaces de pacificar pues es sólo Dios quien puede traer la paz al mundo actual que está roto (Filipenses 4: 6-7) y en al mundo que está por venir (Isaías 2: 2 4; 11: 6-9).
Orar por la paz de Jerusalén implica además que clamemos por el regreso de Jesús, porque la paz sólo vendrá al mundo cuando se entrone en Jerusalén y reine para siempre (Mt 23: 37 ss; Apocalipsis 11:15).
Además de eso orar por la paz de Jerusalén es una forma interceder para que el Espíritu llene de paz los corazones tanto de judíos y como de gentiles para que acepten al Príncipe de la Paz.
Por otro lado tenemos que ser conscientes que cuando oramos por la paz de Jerusalén nosotros también recibimos bendición ya que Dios todavía tiene planes para con su pueblo elegido. Esto nos lo recuerda Pablo en Romanos 11:28-29.
¿Cómo orar por la paz de Jerusalén?
Hay varias formas de interceder por el pueblo judío y clamar por la paz de la Ciudad Eterna. Quiero compartir 4 ideas para que tu oración sea más eficiente.
1. Pide tanto por los líderes israelíes y como palestinos de manera que acepten a Jesús ya que así podrán sancionar leyes y acuerdos según voluntad de Dios. Además podemos pedirle a Dios que las decisiones que tomen estos líderes traigan paz en lugar de guerra y puedan poner fin el sufrimiento de sus habitantes.
2. Intercede por el trabajo de los cristianos y el pueblo de Dios de manera que sean astutos y puedan tener estrategias efectivas para compartir el Evangelio de la paz. Pide por los judíos mesiánicos que viven en Isarel para que sean instrumentos de paz y su ministerios cosechen frutos de conversión.
3. Ora por los creyentes en Jesús que viven en Israel sean judíos o árabes de manera que la paz de reconciliación que viven entre ellos sea un poderoso testimonio de la reconciliación que trae el Mesías, la cual es obra divina y no de hombre.
4. Ora proféticamente y en el Espíritu por Israel. Cuando oramos en el Espíritu dejamos que sea el mismo Dios el que tome el control de todo. Nosotros somos incapaces de resolver este conflicto que surgió hace centenares de siglos en tiempos de Ismael e Isaac. Por eso descansamos en Dios disfrutando de su presencia y su poder clamando las mismas promesas que Dios nos ha dado con audacia y seguridad.
El Shalom de Dios
El Shalom por el que clamamos los creyentes en Jesús está disponible para todos y transciende nuestros miedos y temores. A pesar de que las noticias puedan no ser alentadoras tenemos la promesa de Jesús: “La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27).
Su paz es todo lo que necesitamos para disipar nuestros miedos y temores. Su paz es nuestro destino, porque un día ocurrirá que el Príncipe de la Paz volverá y establecerá su trono en Jerusalén (Is 2, 9, 6-7).