Aunque las higueras no florezcan y no haya uvas en las vides, aunque se pierda la cosecha de oliva y los campos queden vacíos y no den fruto, aunque los rebaños mueran en los campos y los establos estén vacíos, ¡aun así me alegraré en el SEÑOR! ¡Me gozaré en el Dios de mi salvación! (Habacuc 3:17-18).
Cuando miramos las circunstancias que nos rodean, nos quedamos siempre insatisfechos, empezamos a quejarnos de todo lo que nos falta y esto nos impide ser agradecidos con lo que ya tenemos.
Así mismo, nos podemos olvidar de una palabra sencilla pero maravillosa: «contentamiento». Según el Diccionario de la lengua española contentamiento, es estar contento, satisfecho, pero la Biblia profundiza aún más en su verdadero significado, una satisfacción interior que no exige cambios en circunstancias externas.
No siempre tenemos lo que queremos, sin embargo, depende de nosotros como disfrutemos y valoremos lo que tenemos. Esto no quiere decir que no debamos desear cosas mejores, pero mientras obtenemos lo que soñamos, debemos estar contentos con lo que tenemos, sin cuestionar porque otros están mejor. Quien basa su felicidad en conseguir todo lo que puede desear, jamás está conforme, porque siempre le faltará algo. En cambio, quien tiene contentamiento buscará lo bueno, lo útil en cada situación.
Una persona puede tener mucho o poco y aun así perder el verdadero sentido del contentamiento. Podemos quejarnos ya sea que tengamos poco o mucho, estar contento y ser agradecido es una decisión que tomo cada día, sin importar como me encuentre.
El contentamiento entonces, no tiene nada que ver con tener poco o tener más. Es una respuesta aprendida. El apóstol Pablo lo expresa muy claramente: “No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. “(Filipenses 4:11-12) NVI.
Habacuc de igual forma lo expresa, el panorama en la nación en la que se encontraba no era color de rosa, por todos lados había escasez, pero aprendió a gozarse y alegrarse en su Dios en medio de cada circunstancia. Si no soy agradecido en la escasez tampoco lo seré en la abundancia.
Decida gozarse y alegrarse, cualquiera sea su situación.