Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.
En el día que temo, Yo en ti confío.
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
¡Hay muchas mujeres ejemplares, pero tú eres la mejor de todas!
Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.
Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»,
Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios. ¡Tú haces cosas maravillosas! Las planeaste hace mucho tiempo, y ahora las has realizado.
Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido.