En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. ¡No existen leyes contra esas cosas!
Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo.
Lo único que le pido al SEÑOR —lo que más anhelo—
es vivir en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida,
deleitándome en la perfección del SEÑOR y meditando dentro de su templo.
¿Quién es el Rey de gloria?
El SEÑOR de los Ejércitos Celestiales, él es el Rey de gloria.
Así que ahora les doy un nuevo mandamiento: ámense unos a otros. Tal como yo los he amado, ustedes deben amarse unos a otros.
En cambio, no es nada vergonzoso sufrir por ser cristianos. ¡Alaben a Dios por el privilegio de que los llamen por el nombre de Cristo!
Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
«Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra para los que gozan de su buena voluntad».
Porque os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Niño que nacerá será llamado Hijo de Dios.