No dejen que el corazón se les llene de angustia; confíen en Dios y confíen también en mí.
La humildad y el respeto hacia el SEÑOR llevan al hombre a la riqueza, a la honra y a una larga vida.
El Señor es bueno, un refugio seguro cuando llegan dificultades. Él está cerca de los que confían en él.
Así como las aguas llenan el mar, la tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor.
Por lo tanto, ya no hay condenación para los que pertenecen a Cristo Jesús;
¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.
«Tú eres digno, oh Señor nuestro Dios, de recibir gloria y honor y poder. Pues tú creaste todas las cosas, y existen porque tú las creaste según tu voluntad».
Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.
¡Demos gracias a Dios
por su amor,
por todo lo que ha hecho
en favor nuestro!
Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor…