Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora:
Pedid por la paz de Jerusalén;
Sean prosperados los que te aman.
Y habiendo esperado con paciencia, alcanzó la promesa.
Bendeciré a esta ciudad y la haré próspera;
saciaré a sus pobres con alimento.
«Yo te amo, Señor , fortaleza mía».
SEÑOR, solo tú eres mi herencia, mi copa de bendición;
tú proteges todo lo que me pertenece.
Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo,
Y si por los ríos, no te cubrirán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás,
Ni la llama te abrasará.
¡Cuán preciosa es, oh Dios, Tu misericordia!
Por eso los hijos de los hombres se refugian a la sombra de Tus alas.
Jesús respondió:
Tengan fe en Dios.
Porque yo, el SEÑOR, hablaré, y lo que diga se cumplirá. No se retrasará más. Porque daré la orden en vida de ustedes, pueblo rebelde, y haré que se cumpla”. Es la decisión del Señor DIOS».