¿Cuántas veces has dudado de lo que Dios hará en tu vida?, ¿Cuántas veces al ver que las circunstancias no te favorecen has pensando que hay cosas en tu vida que ya no podrás cumplir?, y es que a veces por alguna extraña razón nos olvidamos quien fue quien prometió aquello de lo cual hoy hasta dudamos que se vaya a cumplir.
Durante mi vida he recibido diferentes promesas de parte de Dios, ha habido momentos largos de desiertos y anonimatos, tiempos en los que he llegado a pensar que ciertas promesas quizá no se cumplirán, no porque Dios no tenga el poder para cumplirlas, sino porque he visto que el panorama no me favorece y mi mente me ha creer que las cosas no van a mejorar.
Pero a través de esas experiencias a veces un tanto incomodas, esos tiempos de espera a veces más prolongados de lo que yo en realidad quisiera, he visto la mano poderosa de Dios asomarse siempre, léelo bien: SIEMPRE.
A pesar que no todo ha sido fácil en mi vida puedo dar testimonio firme y verdadero que Dios nunca ha dejado de asomar su poder sobre mi vida, aun en aquellos momentos que pienso que no merezco su intervención, Él siempre ha estado allí. Y es que es a través de esas experiencias que me he dado cuenta que Dios no falla, que Él siempre cumple y que a pesar del tiempo o los imprevistos que se presenten, Él tiene escrito un plan especial para mi vida que se ha de cumplir si o si.
Sigo siendo el mismo ser humano imperfecto que quisiera ver las respuestas de Dios lo más rápido posible, pero también he aprendido que la espera vale la pena, que no hacer las cosas a la ligera trae ventaja y que no olvidar la aprobación de Dios en todo lo que vaya a hacer me da seguridad de éxito.
Heydi Murillo