DIOS le había ordenado a Moisés guiar a su pueblo hacia la Tierra Prometida,
El Señor le declaró a su siervo que lo amaba y que confiaba en él para esa gran tarea. Entonces Moisés sintiéndose todavía inseguro de su propia capacidad le dijo:
“Señor, si eso es verdad, dime qué piensas hacer, para que yo también llegue a amarte y tú sigas confiando en mí. No olvides que este pueblo es tuyo y no mío.” [Éxodo 33:13 TLA].
DIOS le contestó: —“Yo mismo voy a acompañarte y te haré estar tranquilo.”
Que declaración tan contundente de parte del SEÑOR…
YO MISMO VOY A ACOMPAÑARTE…
¿te imaginas al Soberano DIOS del universo, afirmando que su misma presencia sería quien le acompañaría? ¡Puedes pensar en lo que eso significó para Moisés!
Sus dudas se disiparon, su temor se esfumó, era el TODOPODEROSO quien iría delante de él abriendo el camino por el cual el mismo Moisés y todo ese pueblo debían andar.
Es verdad era el inhóspito desierto lleno de peligros, tierra de escorpiones y serpientes,
desolado, árido y candente, pero la presencia del Señor hacía la diferencia.
Porque durante el día Él sería la nube que los cubriría del inclemente fuego abrazador del sol y por la noche, sería la llama que los calentaría y alumbraría su campamento, su fuego alejaría las fieras y todo peligro.
Al igual que le sucedió a Moisés, nosotros también nos sentimos abrumados en nuestro peregrinar por este mundo, pero nuestro amado Señor JESUCRISTO también nos hizo una promesa:
“Tengan presente que YO estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo.”
[Mateo 28:20]
Debes saber que no vas solo en el trayecto la vida, por muy oscuro y tenebroso que te parezca el camino, por muy escabroso que luzca el recorrido el SEÑOR te dice: Puedes cruzar lugares peligrosos, y no tener miedo porque YO SOY tu Pastor y siempre estaré a tu lado, te guiaré por el buen camino y te llenaré de confianza.