“Y cuando llegó el día de Pentecostés,…” (Hch_2: 1)
Este reciente mes de mayo las iglesias llevamos a cabo la celebración de Pentecostés, esta es una fiesta que se celebra después de la Pascua, de la cual Jesús fue crucificado. Cincuenta días después, es la segunda gran fiesta judía, la Fiesta de Pentecostés o Fiesta de la Recolección o de las gavillas.
La hora y el momento
“Y cuando llegó el día de Pentecostés,…” (Hch_2: 1)
Dónde estaban.
«Estaban todos unánimes juntos» en un mismo lugar (Hch_2: 1b).
En una casa, en la casa de alguien seguramente. confiesa que tú casa es el próximo lugar donde la gloria de Dios se manifestará. Mi casa, decláralo, mi casa será llena de la gloria del Señor
Estaban todos «juntos», en un lugar, porque estaban todos «unánimes». Esta es una condición del corazón absolutamente necesaria para recibir el poder del Espíritu Santo. Para ser llenos con el Espíritu debemos quedar vaciados de todo egoísmo y falta de caridad. Cuando los hermanos moran juntos en unidad, entonces el Señor enviará su bendición.
Y vino la bendición.
“De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, y llenó toda la casa donde estaban sentados. Y se les aparecieron lenguas divididas como de fuego, y se posaron sobre cada uno de ellos. Y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba…”
Los discípulos con la llegada de Pentecostés no solo manifestaron su llegada con el hablar en otros lenguas, sino también:
►el Espíritu les dio la capacidad.
►el Espíritu les impulsó a hablar.
►el Espíritu les dio expresión (Hechos 2: 2 -4).
Los corazones de los oyentes se sintieron traspasados, lo ocurrido con el estruendo de Pentecostés y el mensaje de Pedro fueron suficientes para que los miles quisieran escuchar lo que debían hacer ahora.
Nuestra oración es, Señor ¡Hazlo una vez más!
Pr. Jorge Escobar
