Quizá hoy te sientas cansado del camino, cansado de una lucha larga que desde hace tiempo has librado en contra de algo injusto, tal vez te sientas cansado de buscar un empleo y ver como las puertas se te cierran. A lo mejor estás cansado de esperar a que tu familia cambie y lejos de cambiar se ponen cada día más duros.
Es tiempo de descansar, es tiempo de que ese corazón turbado por las diferentes situaciones que te ha tocado vivir reciba la paz de Dios.
Y es que la paz de Dios renueva nuestras fuerzas, la paz de Dios consuela nuestros corazones, la paz de Dios nos permite pensar de mejor manera, esa paz de Dios nos llena y nos da la motivación para seguir adelante en las luchas de la vida.
La paz de Dios es la que me lleva a confiar en que Él tiene el control de todo y que si en este momento no veo las respuestas que necesito, me hace esperar pacientemente en la perfecta voluntad de Dios.
Hoy necesitas esa paz de Dios, necesitas descansar, necesitas relajarte, dejar de pensar en los problemas y enfocarte en el Señor que tiene la capacidad de solucionarlos.
No te afanes queriendo solucionar en tus propias capacidades y bajo tus propias ideas esos problemas, en su lugar permite que Dios te llene de su paz, permite que Él renueve tu ser, pero sobre todo permite que su paz renueve tus fuerzas y tu fe en este día.
