Una de las cosas que más disfruto es compartir con mi hija las lecciones que nos enseña el SEÑOR por medio de su PALABRA.
Algunas son lecciones elementales y otras son cuestiones más profundas reveladas en la Biblia.
Lo hermoso de estos tiempos es ver el nivel de afinidad que ambas tenemos en cuanto a nuestra manera de percibir las cosas y el interés en ciertos temas.
Pues en uno de mis tiempos devocionales le compartía en oración al ABBA sobre mi emoción, mi satisfacción y mi gratitud por esos tiempos que me permite tener con mi hija cuando hablamos sobre temas bíblicos.
Y su respuesta me impactó y al mismo tiempo me conmovió porque me hizo sentir en mi corazón que es el mismo sentimiento que Él tiene cuando acudo a nuestros tiempos de comunión, cada vez que le dedico devocionalmente tiempo para adorarlo, para escucharlo, para platicar en oración con Él su corazón también se emociona y se enternece de poder platicar conmigo sobre asuntos eternos, porque soy su hija y Él es mi ABBA y siente satisfacción de poder compartirme Los Tesoros Mejor Guardados.
Así es nuestro ABBA [PADRE CELESTIAL]: Es tan amoroso, tan lleno de ternura, siempre está disponible (24/7) su corazón se llena de alegría cuando acudimos constantemente a su presencia, al Trono de Gracia donde nuestra voz es escuchada, nuestras necesidades son suplidas y nuestras dudas disipadas.
Acudamos de manera continua al Señor, apartemos tiempo para estar a solas con Él, para escuchar su voz, para rendirnos ante su presencia y deleitarnos íntimamente con nuestro buen DIOS.
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,
Y a ellos hará conocer su pacto. Salmo 25:4