El SEÑOR, nuestro Dios, nos advierte en su Palabra “No tengas otros dioses aparte de mí. [Éxo 20:3].
Normalmente cuando pensamos en dioses falsos nos imaginamos lienzos pintados, imágenes talladas, o ese tipo de ídolos, pero déjeme decirle que el ídolo más común al que solemos adorar es nuestra propia persona.
“La idolatría es una cuestión del corazón, asociada con el orgullo, el egocentrismo, la codicia, la gula y el amor por las posesiones.
La idolatría es un tema importante en la Biblia, desafía la soberanía de Dios e intenta ofrecer una explicación alternativa a los problemas de la vida.”
Un ídolo es “cualquier cosa más importante para nosotros que Dios, cualquier cosa que absorba nuestro corazón e imaginación más que Dios, y cualquier cosa que busquemos para darnos lo que solo Dios puede dar”. Esencialmente, un ídolo puede ser cualquier cosa que tome el lugar de Dios como el enfoque y la prioridad más importante en nuestra vida.
¡Nos amamos tanto, vivimos tan enamorados de nosotros mismos que dedicamos de manera consciente o inconsciente horas a pensar en nuestras necesidades, a tratar de complacer nuestros propios caprichos y queremos que los demás cedan ante nuestros deseos para sentirnos felices o satisfechos! [Incluso nuestras oraciones llegan a ser egocéntricas casi ordenándole a Dios hacer las cosas de determinada manera y en determinado momento].
Se dice que nuestra generación es la más narcisista que ha existido (Admiración excesiva y exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico o por sus dotes o cualidades). Vivimos en la era del (Self) YO, los espejos y las cámaras han pasado de ser una moda a convertirse en una obsesión, nos gusta que nuestro EGO sea adorado (nos gusta sentirnos aceptados y ser populares) y sin darnos cuenta poco a poco hemos ido desplazando a DIOS del lugar de preeminencia, para colocarnos allí nosotros mismos.
EL SEÑOR aborrece y condena el hecho de rendir culto a ”dioses” ajenos (falsos), y la egolatría también es idolatría. “Basta con observar el sensacionalismo, la autopromoción en las redes sociales, la búsqueda de fama a cualquier precio y el uso de la cirugía y filtros para disimular “las imperfecciones”; basta con observar la falsa fachada de autopromoción que proyectamos en fotos y en videos (que no corresponde a la vida real) para darnos cuenta que todo corresponde a una campaña desmedida del YO (egolatría). El Señor nos advierte en su Palabra:
“También debes saber que en los últimos días vendrán tiempos peligrosos, y que habrá hombres amantes de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios. [2Tim. 3:1-3]
Si hemos identificado egolatría en nuestra vida, acudamos arrepentidos ante el SEÑOR y derribemos ya mismo esos altares de auto adoración.
