“Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo”. — Rom: 10:9
“SALVACIÓN” es una gran palabra. Se conjuga en tres tiempos:
El tiempo pretérito. Fuimos salvos en el momento en que confiamos por primera vez en Cristo. (Rom_5:9).
El tiempo presente. “Cristo es poder de Dios para nosotros los que se la interpretación precisa de 1Co_1:18. Estamos siendo salvos perpetuamente del amor y poder del pecado. El desinfectante de la Presencia de Cristo está siempre repeliendo los gérmenes de la tentación mortal.
El tiempo futuro. Somos guardados por el poder de Dios para la salvación que espera ser revelada en el tiempo postrero (1 Pedro 1).
La salvación es una gran palabra. Incluye el perdón que no recuerda más nuestro pecado; liberación de la maldición y castigo de nuestros malos caminos; emancipación de la esclavitud del mal hábito; la creciente conformidad del alma a la imagen de Cristo, y la resurrección final del cuerpo en belleza espiritual y energía, para ser por siempre el compañero y vehículo del espíritu redimido.
¿Quieres tu tener la seguridad de la salvación?
Repite esta oración:
Señor Jesús, reconozco voluntariamente que soy un pecador, confieso que nada de lo que yo pueda hacer por mí mismo es suficiente para ser salvo, creo en Jesús, el cual murió por mis pecados y resucito para darme vida eterna. Hoy considerando mi condición, le entrego mi vida a Cristo y le hago Señor de mi vida para siempre amen.
Pastor Jorge Escobar
