Él mismo cargó nuestros pecados
sobre su cuerpo en la cruz,
para que nosotros podamos estar muertos al pecado
y vivir para lo que es recto.
Por sus heridas,
Cierto día, el ejército de Alejandro Magno bajando de sus barcos se apresuró a llegar a la línea de batalla y se dieron cuenta que el ejército al que iban a enfrentar les triplicaba en número. Alejandro Magno les dijo a sus tripulantes…
Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados a la cruz, para que muramos al pecado y llevemos una vida justa. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados.
Cristo mismo llevó en su cuerpo
nuestros pecados a la cruz,
para que muramos al pecado
y llevemos una vida justa.
Cristo fue herido para que ustedes
fueran sanados.