Jesús no te ve con ojos de condenación, sino de salvación. Es posible que estés luchando en este momento con tus debilidades, que hayas caído y te sientas miserable o avergonzado por la mirada de otros; pero, el Señor mira más allá, con esperanza…
Tendrán mucho que comer y se saciarán,
Y alabarán el nombre del SEÑOR su Dios,
Que ha obrado maravillosamente con ustedes;
Y nunca jamás será avergonzado Mi pueblo.