¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.
Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los que hacen lo malo.
Cuenta una historia que un granjero tenía un sólo hijo. Un día llegó a su granja un caballo fino, para su hijo; la gente comentaba: ¡qué buena suerte ha tenido! el granjero comentaba para sí mismo: hay que ver si es bueno o…