Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes.
(2 Reyes 2:12).
No es malo depender de un Elías, mientras Dios sea quien te…
Cuánta alegría y cuánto bien nos hace en la vida tener una amistad que permanezca a pesar del tiempo y de las circunstancias. Seguramente al leer esto viene el nombre de alguna persona a tu mente que ha permanecido a tu lado en…