SI… es una palabra que cambia el sentido de todo. Si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdona.
El sí confesar nos libera del pecado y también del orgullo de la negación.
Nadie puede empezar en la mitad; todos somos principiantes en algún área de nuestra vida. Sin embargo, para muchos de nosotros, lo que necesitamos se parece más a un nuevo comienzo, a un borrón y cuenta nueva.
Hay esperanza en ese primer paso, ya…