Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga,
El Dios que es nuestra salvación. (Selah)
Que no se aparte nunca de tu boca este libro de la ley. Medita en él día y noche y obedécelo al pie de la letra. Solamente así tendrás éxito.
En aquel día, él será tu cimiento seguro,
y te proveerá de una abundante reserva de salvación, sabiduría y conocimiento;
el temor del SEÑOR será tu tesoro.