A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos
¡Qué grande eres, oh Señor Soberano! No hay nadie como tú. ¡Nunca hemos oído de otro Dios como tú!
Por cuanto el SEÑOR es grande y digno de ser siempre alabado;
es más temible que todos los dioses.