Pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.
Cierto día, el ejército de Alejandro Magno bajando de sus barcos se apresuró a llegar a la línea de batalla y se dieron cuenta que el ejército al que iban a enfrentar les triplicaba en número. Alejandro Magno les dijo a sus tripulantes…