No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes.
No te dejes impresionar por tu propia sabiduría.
En cambio, teme al SEÑOR y aléjate del mal.
Entonces dará salud a tu cuerpo
y fortaleza a tus huesos.