Dios nos ha dado a todos algo bueno para contribuir para que nuestra sociedad sea mejor. No nacimos sólo por accidente, tenemos un propósito grande.
Dios nos dio el privilegio de servir en la iglesia, de predicar, de compartir con otros las buenas noticias…
En cambio, no es nada vergonzoso sufrir por ser cristianos. ¡Alaben a Dios por el privilegio de que los llamen por el nombre de Cristo!
En cambio, no es nada vergonzoso sufrir por ser cristianos. ¡Alaben a Dios por el privilegio de que los llamen por el nombre de Cristo!