Te amo, SEÑOR; tú eres mi fuerza.
El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi salvador;
mi Dios es mi roca, en quien encuentro protección.
Él es mi escudo, el poder que me salva
y mi lugar seguro.
Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente;
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque Tú eres mi roca y mi fortaleza.