Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.
El amor consiste en hacer lo que Dios nos ha ordenado, y él nos ha ordenado que nos amemos unos a otros, tal como ustedes lo oyeron desde el principio.
Cada vez que pienso en ustedes, le doy gracias a mi Dios.
Ustedes también deben ser pacientes. Anímense, porque la venida del Señor está cerca.
Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse.
Asegúrense de que ninguno pague mal por mal, más bien siempre traten de hacer el bien entre ustedes y a todos los demás.
No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes.
Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.
Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor —. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.