¡Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno!
Su fiel amor perdura para siempre.
Los que pertenecen a Cristo Jesús han clavado en la cruz las pasiones y los deseos de la naturaleza pecaminosa y los han crucificado allí.
Miren, Dios ha venido a salvarme.
Confiaré en él y no tendré temor.
El SEÑOR DIOS es mi fuerza y mi canción;
él me ha dado la victoria.
Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»
Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo.
Pedro contestó:
Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo.
Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor.
Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.
Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.
Los que aman tus enseñanzas tienen mucha paz
y no tropiezan.