Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
¡Hay muchas mujeres ejemplares, pero tú eres la mejor de todas!
Señor, escucha mi voz por la mañana; cada mañana llevo a ti mis peticiones y quedo a la espera.
Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»,
Oh Señor, honraré y alabaré tu nombre, porque tú eres mi Dios. ¡Tú haces cosas maravillosas! Las planeaste hace mucho tiempo, y ahora las has realizado.
Así que aliéntense y edifíquense unos a otros, tal como ya lo hacen.
Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido.
Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes.
¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.
Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles.