Recuerden lo siguiente: un agricultor que siembra solo unas cuantas semillas obtendrá una cosecha pequeña. Pero el que siembra abundantemente obtendrá una cosecha abundante.
Pero tú, oh Señor, eres un escudo que me rodea; eres mi gloria, el que sostiene mi cabeza en alto.
Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de amor inagotable y fidelidad. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.
Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos. Entrarán y saldrán libremente y encontrarán buenos pastos.
Jesús le dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto.
La tierra es del Señor y todo lo que hay en ella; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen.
Pues la gracia de Dios ya ha sido revelada, la cual trae salvación a todas las personas.
¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre.
Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.
Sé que el Señor siempre está conmigo.
No seré sacudido, porque él está aquí a mi lado.
Con razón mi corazón está contento y yo me alegro
mi cuerpo descansa seguro.