1ª Reyes 18:42-44
Acab se fue a comer y beber, pero Elías subió la cumbre del Carmelo, se inclinó hasta el suelo y puso el rostro entre las rodillas.
Ve y mira hacia el mar–– le ordenó a su criado. El criado fue y miró y dijo: no se ve nada. Siete veces le ordenó Elías que fuera a ver.
y la séptima vez el criado le informó: ––Desde el mar viene subiendo una nube. Es tan pequeña como una mano. Entonces Elías le ordenó: ––Ve y dile a Acab: “Engancha el carro y vete antes de que la lluvia te detenga”.
En este pasaje de la biblia vemos el milagroso retorno de las lluvias al país de Israel, tres años habían pasado desde que dejó de llover.
¿Has experimentado sequía en tu vida? Yo sí. Y por sequía podemos entender cuando las cosas no resultan, ya saben, cuando el emprendimiento no rinde el fruto esperado, cuando el ministerio no avanza como uno quisiera que lo hiciera, cuando el matrimonio es un desastre, cuando los hijos van por un mal camino, cuando las finanzas son bajas al extremo de la pobreza, cuando la salud se ha deteriorado postrándonos en cama; en fin, la sequía puede tomar diferentes formas y puede durar diferentes tiempos (semanas, meses y hasta años).
La sequía entre más prolongada es, produce un sentimiento que consume, un sentimiento que embarga las emociones y tiene el poder de jalarnos hacia abajo y dejarnos allí si se lo permitimos, ese sentimiento se llama FRUSTRACIÓN. La frustración activa otros sentimientos que de no controlarlos pueden hacer nuestra vida mil pedazos, me refiero a la amargura, el cansancio crónico, el desánimo y por supuesto la depresión.
Pero cuando confías en Dios puedes entender que, en medio de la sequía, El enviará esa lluvia de bendición que tanto anhelas, pero tienes que:
1. Mirar en dirección correcta: A veces no vemos la solución porque miramos en la dirección incorrecta.
2. Debes obedecer: Me impresiona la obediencia del siervo, no lo vemos protestando, quejándose o cuestionando la orden de su patrón, él sencillamente subió la montaña en silencio cumpliendo el mandato de Elías
3. Sigue subiendo, la perseverancia te llevara al éxito: En el verso 43 y 44 encontramos a Elías ordenándole a su siervo subir “siete veces la cumbre”. Esto parece una locura, pero no lo es. Es lo que los triunfadores llaman “EL PROCESO DE LA DISCIPLINA”