Hebreos_5:4 Nadie ocupa ese cargo por iniciativa propia; más bien, lo ocupa el que es llamado por Dios. NVI
“Hay un llamado a tu vida; un propósito que Dios te ha asignado. Por lo tanto, puede marcar la diferencia. Sin embargo, este llamado no está exento de oposición. Para responder, uno debe estar listo para luchar por ello contra desafíos grandes y abundantes. La clave estará en mantener su corazón abierto y receptivo a Dios. Al final, se habrá realizado una gran obra y un legado duradero dotado de la gracia de Dios. Por lo tanto, tiemblo ante la idea de decir que no”.
Llegó el domingo, prediqué un mensaje sobre cómo responder al llamado de Dios sobre nuestras vidas, y durante el sermón saqué mi sermón y leí lo que había escrito a la congregación. Fue un momento dramático. Inmediatamente me di cuenta de que el Señor les estaba hablando a muchos.
Quizás te esté hablando incluso ahora.
Hay un llamado de Dios sobre tu vida; un propósito que tiene para ti; una tarea para la que está especialmente preparado. Tu vida importa. Puedes marcar la diferencia de alguna manera que cuente. No hay personas intrascendentes, y ciertamente esto es cierto para ti. La historia está sobre nosotros ahora en toda su plenitud, y nunca ha sido más seguro que ahora el tiempo para que hombres y mujeres respondan al llamado y entreguen los bienes.
Sin embargo, debes saber que hay un enemigo en guerra contra tu alma. El llamado a tu vida, y tu respuesta, representan una gran amenaza para este enemigo. Por lo tanto, se opondrá a ti en todos los sentidos: visible e invisible; sutil y espectacular, para apartarlo de su llamado, disuadirlo de su causa y disminuir la efectividad y el potencial de su vida. ¡No cooperes con él! Pelea la buena batalla para convertirte en el hombre y la mujer que Dios te creó para ser, para cumplir con el propósito para el que naciste, para lograr la meta hacia la que presionas. Sométete a Dios y Él te exaltará. ¡Resiste al diablo y huirá!
Abre tu corazón a Dios y deja que Él lo llene con Su Espíritu. Él te dará el deseo de llegar hasta el final una vez que decidas hacerlo. Él honrará tu dedicación otorgándote el éxito día a día – aquí un poquito, allá un poquito – hasta que al fin se haya logrado un gran trabajo en ti y a través de ti para los demás. Él acumulará tu determinación con Su suministro de fuerza, de modo que ningún arma forjada en tu contra prospere, ninguna mentira que se pronuncie contra ti prevalecerá, ningún bandido enviado a robarte tendrá éxito, y ninguna palabra o trabajo que hagas será ineficaz para el suelo. Triunfarás cuando Él tome tu mano y asegure tus labores en Su Nombre.
Incluso ahora, mientras lees estas palabras, el Señor te hace esta oferta.
“Aquí estoy, Señor; ¡Envíame!” Así respondió Isaías. ¿No seguirás su ejemplo y harás lo mismo? Después de todo, hay una vocación en tu vida.
Pr. Jorge Escobar
