“No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás”. Filipenses 2:4 (NTV)
El punto de partida para construir grandes amistades es invertir tu tiempo y energía. Las amistades profundas no son accidentales, no son instantáneas y no son baratas.
Las amistades profundas son intencionales, son a propósito, son una elección.
Filipenses 2:4 dice: “No se ocupen solo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás” (NTV).
Si practicas este versículo y te interesas en la vida de los demás, harás más amigos en los próximos dos meses que en dos años tratando de que otras personas se interesen en ti. Uno de los mayores ejemplos en amistad es la de David y Jonatan. La biblia nos habla de esta relación en el libro 1 Samuel 20, una amistad que retó la ley y ordenanza del rey Saúl. Notamos que era una amistad presente, que en su momento no pudo seguir siendo así, sin embargo, Jonatan amaba tanto a David que aun en la distancia su fidelidad estaba presente y en el momento necesario apareció para defender y cuidar.
No puedes ser un amigo sin tu presencia. Así que recuerda: ¡Aparece! Simplemente, preséntate. La presencia física es esencial para tener una amistad profunda y a largo plazo, en vez de una amistad de simples conocidos.
Cuando alguien te dice: “Estaré contigo en espíritu”, ¿sabes lo que eso significa? ¡Nada! Es una tontería. No puedes estar en espíritu en ninguna parte. Si no estás allí en cuerpo, no estás allí. Los amigos aparecen. Los amigos están presentes.
Como amigos debemos de estar presentes ante la necesidad de la persona que nos necesita.