Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa.
Pues le he dado descanso al fatigado y al afligido, alegría.
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan.
Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente.
Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito.
Queda claro que no es mi intención ganarme el favor de la gente, sino el de Dios. Si mi objetivo fuera agradar a la gente, no sería un siervo de Cristo.
Aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza.
Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor y timidez sino de poder, amor y autodisciplina.
El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante.