La ley de Dios es perfecta, y nos da nueva vida. Sus mandatos son dignos de confianza, pues dan sabiduría a los jóvenes.
Dios hará vivir en paz a quienes le son fieles y confían en él.
Le pedí a Dios que me ayudara, y su respuesta fue positiva: ¡me libró del miedo que tenía!
La buena noticia nos enseña que Dios acepta a los que creen en Jesús. Como dice la Biblia: «Aquellos a quienes Dios ha aceptado, y confían en él, vivirán para siempre.»
Porque a Dios no le gusta que no confiemos en él. Para ser amigos de Dios, hay que creer que él existe y que sabe premiar a los que buscan su amistad.
Estoy seguro de que los sufrimientos por los que ahora pasamos no son nada, si los comparamos con la gloriosa vida que Dios nos dará junto a él.
Tú, Dios mío, eres mi pastor; contigo nada me falta.
Dios nos rescató de la oscuridad en que vivíamos, y nos llevó al reino de su amado Hijo.
Pues en ti, oh SEÑOR, he esperado; tú responderás, oh SEÑOR, Dios mío.
El amor no se deleita en el mal, sino que se alegra en la verdad.