Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal.
Que todo lo que soy alabe al SEÑOR.
¡Oh SEÑOR mi Dios, eres grandioso!
Te has vestido de honor y majestad.
¡Oh Dios, bendícenos por tu misericordia! ¡Que resplandezca tu rostro cuando nos miras desde lo alto!
El Señor te bendecirá porque creíste que sucedería lo que él te dijo.
Ustedes son la luz del mundo, como una ciudad en lo alto de una colina que no puede esconderse.
Asegúrense de que ninguno pague mal por mal, más bien siempre traten de hacer el bien entre ustedes y a todos los demás.
Adoren al Señor con gozo. Vengan ante él cantando con alegría.
Luego dijo Jesús: «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso.
He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti.