Cada mañana y tarde durante cuarenta días, Goliat tomó su posición y pronunció su discurso. 1 Samuel 17:16
El ejercito Israelita llevaba 40 días escuchando dos veces diarias el discurso de Goliat, y ¿cuál era éste? INFUNDIR TEMOR Y DESALIENTO.
Pero resulta que David venía de su casa, él no había estado escuchando diariamente el discurso de Goliat, más bien David venía de escuchar diariamente la voz de DIOS en sus tiempos de meditación mientras cuidaba las ovejas en el campo.
Eso marcó la diferencia… Si nosotros nos concentramos en la voz del charlatán que lo único que hace es hacernos dudar de lo que DIOS ya ha dicho seguramente viviremos inseguros y con temor como aquel ejército israelita.
¿Cuál fue la reacción de David ante las amenazas del gigante?…
David respondió: “Tú vienes a mí con espada y lanza y hacha de guerra. Vengo a ti en el nombre del Dios de los Ejércitos de Ángeles, el Dios de las tropas de Israel, a quien maldices y te burlas. Este mismo día Dios te entrega a mí. Estoy a punto de matarte, cortarte la cabeza y entregar tu cuerpo y los cuerpos de tus amigos filisteos a los cuervos y coyotes. Toda la tierra sabrá que hay un Dios extraordinario en Israel. Y todos los aquí reunidos aprenderán que Dios no salva por medio de espada o lanza. La batalla le pertenece a Dios, ¡nos lo entrega en bandeja!”.
David estaba lleno de la Palabra del Señor, sus convicciones no eran superficiales, no estaban basadas, ni en lo que la gente decía, ni en lo que el gigante gritaba.
La gente del ejército de Israel miraba ante sí al gigante Goliat, David sabía que tenía ante sí AL PODEROSO GIGANTE, peleando de su lado.
¿Qué prevalece en nosotros, la sugestión de las voces de los gigantes que nos gritan no puedes, o la voz del poderoso gigante que nos dice: Todo lo puedes en CRISTO que te fortalece?
