V.9 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Dios le dice a Josué tres veces “Esfuérzate y sé valiente” durante todo el pasaje. Esforzarnos es cobrar fuerzas de donde no tenemos, es dar lo mejor de nosotros mismos y no dejar decaer nuestro ánimo. Cuando vemos algún partido de fútbol o algún deporte nos encontramos con atletas que se esfuerzan por alcanzar una meta. (Ganar un partido, llegar primero a la meta, sacar mejor puntuación) Ellos dan lo mejor de sí mismos para alcanzar esa meta y aunque a veces el cuerpo no quiera y la mente ponga dudas, ellos siguen adelante y no se dan por vencidos hasta alcanzar aquello que han venido a buscar. De igual manera nosotros debemos esforzarnos, aunque haya pensamientos que quieran hacernos renunciar no podemos darnos por vencidos, debemos seguir adelante y no rendirnos jamás hasta alcanzar aquello que Dios nos ha mandado a hacer.
Un soldado no piensa en sí mismo cuando va a pelear, no le importa morir en el campo de batalla porque está completamente sometido a un fin común por el cual estaría dispuesto a dar la vida. Pese a tener miedo siguen adelante. La Biblia representa la valentía con los caballos; cuando hay batalla ellos no miran atrás, sino que van adelante con gran fuerza y sin temor a qué pasará con ellos. Nosotros debemos también ser valientes, no mirar atrás buscando la comodidad o la salvación de la vida propia, sino seguir adelante sin vacilar con valentía y fuerza. Recuerden que Jesús dijo que quien quiera defender su vida la perderá pero que quien pierda su vida por causa de Él la hallará. No se refiere a suicidarnos o a vivir una vida de mártires tristes y angustiados, sino a dar todo lo que somos por causa del evangelio y hacernos como soldados que con valentía renuncian a sí mismos porque saben que siguen a un ideal más grande y común.