Esperar se define como “la acción de permanecer donde uno está, o retrasar la acción hasta un momento en particular o hasta que suceda algo más”. No es un estado pasivo, sino algo que requiere esfuerzo. También es algo con lo que todos los creyentes deben lidiar mientras transitamos por este camino cristiano. Es necesario meditar en la importancia de saber esperar en Dios.
La perspectiva correcta de confiar en Dios nos ayuda a esperar en Dios
Es de gran importancia saber esperar en Dios. David fue uno que experimentó el desafío de esperar en Dios. El Salmo 13: 1-2 dice: “¿Hasta cuándo me olvidarás, oh Señor? ¿Siempre? ¿Hasta cuándo me esconderás tu rostro? ¿Hasta cuándo tomaré consejo en mi alma, teniendo cada día dolor en mi corazón? ¿Hasta cuándo mi enemigo será exaltado sobre mí?
Aquí vemos a David haciéndole al Señor la misma pregunta cuatro veces: “¿Hasta cuándo?” ¡Estaba cansado de esperar! En el momento en que escribió estas palabras, David estaba pasando por una aflicción grave y parecía no haber alivio a la vista.
David No tenía asesores y estaba solo. Parecía que su enemigo había triunfado sobre él. Se preguntó si Dios se había olvidado de él o le estaba ocultando el rostro. Abrumado, David presentó su queja a Dios a través de esta oración.
Algún tiempo después, David escribió las palabras del Salmo 27. En el versículo 14 leemos: “Espera en el Señor; ten ánimo, y él fortalecerá tu corazón; espera, digo, en el Señor”. ¡Esto parece ser de un David diferente! El hombre que una vez preguntó a Dios: “¿Por qué me has olvidado?” ahora dice: “Espera en el Señor”, esperar en Dios Incluso, David, lo repitió: “Espera, digo, en el Señor”. Cuando estaba escribiendo este salmo, David había probado a Dios. Dios había respondido a algunas de sus oraciones.
El comienzo del salmo cuenta parte de esa historia:
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quién temeré? el Señor es la fuerza de mi vida; ¿De quién tendré miedo? David había visto la liberación de Dios y había desarrollado una confianza implícita en él. Ahora podía recomendar que otros esperaran en el Señor.
Debemos recordar que Dios no necesita nuestra ayuda para cumplir sus planes. Dios no llega temprano. Dios no llega tarde. ¡Dios está a tiempo! Podemos encontrarnos con situaciones angustiosas, pero aún podemos esperar en Dios. Jesús ha prometido nunca dejarnos, y si buscamos humildemente su ayuda, Él nos dará la gracia de esperar cuando lo necesitemos.