Hace algún tiempo, escuché a alguien decir, que la preocupación es como una silla mecedora, mueve nuestras emociones de un lado al otro, pero no nos lleva a ninguna parte.
Particularmente soy una persona que se preocupa mucho [en gran extremo], tiendo a magnificar cualquier situación y quizá a darle demasiada importancia a asuntos triviales.
Eso suele robarme no solo mi paz y mi gozo, sino mi tiempo y mi energía, porque dedico demasiadas horas a darle vuelta en mi imaginación a las cosas que pienso que pasarán y exploro en mis pensamientos muchas posibilidades de lo que podría suceder en el futuro.
Y es que precisamente la preocupación se centra en el futuro (en aquello que aún no ha sucedido, y que muy probablemente nunca sucederá).
Pero estoy aprendiendo a enfocar los asuntos de la vida con el lente de La Palabra de DIOS, la cual dice:
“¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más?…
Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.
Lo más importante es que reconozcan a Dios como único Rey, y que hagan lo que Él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten.”
(tomado del capítulo 6 del Evangelio de Mateo de la versión TLA)
Sé que no es fácil deshacerse de la carga de la preocupación, por el simple hecho de que nos nos gusta soltar el control, pero debemos admitir que hay cosas que no podremos controlar…
Pero DIOS sí.
Lo que nos corresponde entonces, es vivir el momento dando gracias al SEÑOR por ello,
lo que sucederá en el próximo segundo de vida, sólo DIOS lo sabe y no vale la pena preocuparse por lo que “podría ser”.
“Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como PADRE a DIOS que está en el cielo, y Él sabe lo que ustedes necesitan.” Mateo 6:32 TLA
