Por: Yessel Portillo
Como seres humanos siempre buscamos lo mejor para nosotros, ya sea en el trabajo o ministerio, en cualquier ámbito de nuestra vida, somos exigentes con Dios a cada momento, rogando que siempre nos bendiga y nos de lo mejor, ¿Pero estamos dando lo mejor de nosotros a Dios? Hay 2 tipos de personas, la primera es aquella que reconoce que Dios se merece lo mejor y la segunda es la que cree que Dios no se merece tanto.
¿Cual eres tú?
I. Lo que le das a Dios te tiene que costar II SAM. 24:21-24
Hay personas que le dan a Dios lo que les sobra, lo más fácil o lo que no les sirve, cuando realmente Dios se merece lo mejor de nosotros, David fue una persona que no quería ofrecerle a Dios algo que no le costara, el hizo su mayor esfuerzo para que Dios se sintiera agradado, por eso expreso lo siguiente «No ofreceré a Jehová, mi Dios, holocaustos que no me cuesten nada»
II. Debemos darle lo mejor a Dios
A veces no estamos dispuestos a darle a Dios lo que él se merece, creemos que no es necesario, aun sabiendo que el Señor siempre nos da lo mejor.
Una mujer derramo su mejor perfume para Jesús sin importar lo costoso que este fuera, lo hizo porque reconocía que Él se merecía lo mejor de ella, aunque
(marcos 14:3-9)
III. Dios siempre te bendecirá cuando le das lo mejor
Cuando le damos lo mejor de nosotros a Dios abrimos las ventanas de los cielos, eso quiere decir que él nos colmara de bendiciones, recordemos que “Dios honra a los que le honran” Malaquías 3:10
Dios derramara bendición hasta que sobre abunde, se refiere a lo económico
Y que todo lo que emprendamos nos saldrá bien.
Dios quiere gente que esté dispuesta a que su obra siga creciendo y que no escatime en ello. Recuerda que Dios se merece lo mejor ¿estás dispuesto a dárselo?