Isaías: 43:12
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
No es la ausencia de problemas, es la fortaleza y la sabiduría que Dios nos da para enfrentarlos. No nos promete Dios colocarnos un puente para que pasemos por encima de las aguas, sino que, en el momento de la inundación, en el momento que las aguas nos cubran, no nos ahogaremos. No promete Dios librarnos del fuego de las dificultades, o apagar el incendio de nuestros problemas, El promete que estará con nosotros, nos tomará de su mano, nos cubrirá con su Espíritu y ese fuego no producirá efectos en nosotros, más que mostrar la gloria de Dios, por medio de nuestra vida. Alegrémonos cuando estemos en numerosas pruebas y dificultades, es la oportunidad de que nuestra fe sea acrisolada y que se manifieste poderosamente el poder y la majestad de Dios. Él tiene el control, así que ésta promesa nos debe llenar de valor y confianza en nuestro Dios, que, así como no permitió que Sadrac, Mesac y Abed-nego, sufrieran ningún daño por el fuego del horno, así mismo hará Jesús con nosotros.