Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con el fervor que da el Espíritu. Romanos 12:11 (NVI)
El mejor ejemplo de un servicio apasionado, con entrega y entusiasmo es Jesús.
No veo un Jesús diciendo “Bueno, pues ahí voy a morir en la cruz” por esta creación que no lo merece, mal agradecida, que no le importa lo que hago etc.
En cada parte de los evangelios observo a un Cristo que todo lo hacía con pasión sin quejarse, ni murmurando o haciendo las cosas de mala gana y la razón de hacerlo con excelencia era que tenía un enfoque correcto sabía para quien hacia cada cosa y era agradar única y exclusivamente a Dios y no a los hombres.
Aquí resaltan varias palabras que indican si he perdido mi enfoque en lo que hago ya sea en la iglesia, el hogar, el trabajo etc.
Comenzaré con:
Servicio: Trabajo, especialmente cuando se hace para otra persona. Y esto me lleva a establecer la diferencia entre trabajo y empleo. Básicamente consiste en que el trabajo es la actividad económica que una persona realiza, y el empleo, es esa misma actividad, pero remunerada. Y como hijos de Dios debemos hacer las cosas con excelencia aun si no recibiera un pago por ello, porque es a Dios mismo a quien sirvo en el lugar donde ejerzo mi trabajo.
Diligentes: Persona que pone mucho interés, esmero, rapidez y eficacia en la realización de un trabajo o en el cumplimiento de una obligación o encargo. Tres palabras resaltan en el significado de ser diligentes y son interés, esmero y rapidez no importa el cargo que tenga, el sueldo que gane o si tengo un jefe al que tenga que rendirle cuentas cada día, lo que hago es porque es a Dios a quien estoy sirviendo y Él me pedirá cuentas de ello y debo examinar mi actitud si me quejo o murmuro por todo lo que tengo que hacer a diario.
Fervor: Sentimiento intenso de entusiasmo y admiración hacia alguien o hacia alguna cosa. Cuando tenemos mucho tiempo de hacer lo mismo podemos caer en la rutina y eso puede llevarnos a perder el entusiasmo y olvidar que lo que hacemos cada día debe ser con sentido de admiración hacia Dios por que al final es Él el que va a recompensar todo lo que hacemos y el texto nos dice que debe ser con él fervor del Espíritu Santo no con fervor humano.
Para reflexionar:
¿Con qué actitud hago las cosas?
Al hacer algo nuestra prioridad debe ser honrar a Jesús y darle alabanza a Él en todo lo que hacemos porque en realidad TODO SE TRATA DE ÉL.