¡Den gracias al Señor, porque él es bueno! Su fiel amor perdura para siempre.
Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor —. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.
Adoraré al SEÑOR
porque ha sido bueno conmigo.
Cuenta una historia que un granjero tenía un sólo hijo. Un día llegó a su granja un caballo fino, para su hijo; la gente comentaba: ¡qué buena suerte ha tenido! el granjero comentaba para sí mismo: hay que ver si es bueno o…
¡Démosle gracias porque él es bueno!
¡Dios nunca deja de amarnos!
Adoraré al SEÑOR
porque ha sido bueno conmigo.