«Tú encargaste Que sean muy guardados tus mandamientos. ¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos Para guardar tus estatutos! Entonces no sería yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos. Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus justos juicios. Tus estatutos guardaré; No…
Yo sé que el SEÑOR continuamente está conmigo, jamás tendré por qué tropezar y caer, pues él está a mi lado
Dios siempre estará a tu lado
y nada te hará caer.