Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos partes.
(2 Reyes 2:12).
No es malo depender de un Elías, mientras Dios sea quien te…
"Mejor es la tristeza que la risa; porque con la tristeza del rostro se alegra el corazón" (Ec_7:3).
Cuando el dolor cae bajo el poder de la gracia divina, desarrolla un ministerio múltiple en nuestras vidas. El dolor revela profundidades desconocidas en el alma…